domingo, 8 de mayo de 2011

Los Discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35)

Personalmente este es uno de los relatos bíblicos que más me estremecen y me han tocado a nivel personal y espiritual. Hoy la liturgia nos propone este texto en el evangelio y como ya es costumbre procuro hacer una reflexión acerca del Evangelio del del domingo.

El texto muestra varios aspectos sobresalientes que vale la pena re-conocer.

1. Ir a Emaus: Estos discípulos se ponen en camino, como un acto de retornar a la vida común ordinaria pues hasta el momento no han experimentado la resurrección. Ellos van de espaldas a Emaús donde acontecieron los misterios pascuales, y van con sentimientos entristecidos y desesperanzados "nosotros esperábamos" (v.22) , y es ahí en esa condición aparece Jesús muchas veces en nuestras vidas. Ademas aunque se pone a caminar con ellos, le pasa igual que a María Magdalena, no pueden verlo. Así cuando no se ha experimentado la resurrección estamos como ciegos.

2. Jesús se manifiesta en la Palabra: A medida que caminan Jesús va explicando su palabra, otra manera de manifestarse como resucitado. Jesús va explicando a los discípulos desde Moisés pasando por los profetas, es decir, cuenta la historia de salvación en la vida y en la historia de los hombres.

3. Jesús se desvela al partir el Pan: El encuentro con Cristo en medio de la Eucaristía, la fracción del pan, en la acción de gracias. Jesús se desvela en el compartir con los otros y es ahí donde hace su gesta liberadora y nos da luz, nos quita la escamas que tapan nuestros ojos y que no nos permiten ver a Jesús vivo y resucitado.

Ese encuentro con Cristo Jesús nos lleva a vivir en comunidad, pues al descubrir la resurrección "Y levantándose al momento, se volvieron a Jerusalen donde encontraron reunidos a los once con sus compañeros"(v. 33) ; así que este encuentro nos lleva vivir en comunidad y decir "Quédate con nosotros , porque atardece y el día va de caída"

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